# Insertamos codigo para los robots de buscador Bing

lunes, 20 de noviembre de 2006

Carabanchel o 30.000 vecinos sin centro de salud...

...NI GUARDERÍAS PÚBLICAS, NI TRANSPORTE DESDE LAS 11 DE LA NOCHE... EL PAU SUPERARÁ LAS 11.350 CASAS PREVISTAS INICIALMENTE

Si se baja del Metro en la estación de Pan Bendito (línea 11) y camina los cinco minutos largos que la separan del inicio del PAU de Carabanchel la primera impresión que se llevará es que todos los vecinos de este nuevo barrio madrileño comparten gremio: el de la construcción. En los aledaños de la avenida del Euro, la gran arteria vial que vertebra la parte este del desarrollo, se suceden los edificios de viviendas en periodo de gestación, los solares que esperan la colonización del ladrillo y los inmuebles aparentemente finiquitados, pero en los que aún no hay ni una cortina ni ningún otro signo de vida interior.


Bastantes pasos más adelante se va diluyendo la sensación de provisionalidad, aunque en su ausencia no aparece el bullicio de niños que van al colegio. Ni rastro del ir y venir de residentes con bolsas del supermercado o camino del trabajo que podría asociarse a cualquier localización residencial de la capital. Por la carretera circulan camiones de transporte de materiales y a los viandantes casi hay que buscarlos con lupa.


En la parada del 155, sin una triste marquesina bajo la que guarecerse en caso de lluvia o sol de justicia, María del Mar espera al único autobús que cubre este tramo del PAU y que presta su servicio entre las 6.00 y las 23.00 horas. «Cuando compramos el piso hace dos años nos dijeron que iba a haber una boca de Metro ahí [señala con el dedo, hacía el vacío, enfrente de la calle] y, no sólo nos engañaron, sino que no tenemos ni un solo 'búho' para volver a casa por la noche», se queja, carpeta bajo el brazo, mientras le echa paciencia a la llegada del servicio de la EMT.


Carabanchel fue diseñado sobre el papel por el Ayuntamiento de Madrid como una zona con 11.350 casas, de las cuales 10.684 ya disponen de licencia de edificación y 7.148 de la correspondiente cédula de habitabilidad. Sin embargo, el barrio carece todavía de un centro de salud, de guarderías públicas y de otros tantos servicios básicos, por no hablar de la escasez de los existentes.


Aumento de población


Desde un extremo del PAU hasta alcanzar la primera farmacia en funcionamiento, por poner un ejemplo gráfico, el trayecto a realizar dura no menos de 20 minutos a pie, contando sólo la ida. Otro: aunque en un futuro los residentes contarán con una superficie comercial mastodóntica (un buen puñado de grúas se afanan en su crecimiento) por ahora cuesta localizar una panadería o un local donde vendan tornillos sin salir de la delimitación del desarrollo.


Y la precariedad puede ser aún más preocupante a corto plazo. «La previsión oficial de 11.350 viviendas se hizo contando con que los pisos fueran de 100 m2, pero en las últimas promociones se están haciendo casas más pequeñas, de entre 40 y 50 m2, por lo que en un par de años podríamos alcanzar las 13.000 o 14.000 unidades», argumenta Juan Fernández, presidente de la Asociación de Vecinos Carabanchel Alto-Plataforma PAU de Carabanchel. Suponiendo una media de dos residentes por domicilio, la población podría aproximarse a los 30.000 habitantes en pocos años.


Para entonces, después de numerosos retrasos y movilizaciones mediante, el barrio contará con dos paradas de Metro, prolongación de la línea 11 (actualmente en ejecución), aunque los residentes no confían en que así se atienda a todas las necesidades de movilidad de la zona.
Según explica Fernández, el nuevo trazado del suburbano en este área se está haciendo perpendicularmente, por lo que es prácticamente imposible la apertura de nuevas estaciones que den cobertura al desarrollo. En su defecto, han solicitado a la Comunidad de Madrid en reiteradas ocasiones que instale allí un tranvía o un tren ligero para conectar los extremos aislados. «Nos han contestado que no se plantean la posibilidad porque el volumen de población no lo justifica», asegura.


Numerosos a los ojos de la Administración o no, más de la mitad de los vecinos del PAU residirán bajo el techo de pisos libres y el resto, en casas con algún grado de protección oficial. Entre estos últimos se encuentran Ana y su amiga, que vienen de conocer sus futuros hogares, adjudicados por la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo. «En dos meses podremos instalarnos», responden casi al unísono, sin molestarse en contener su alegría.


Cuando lo hagan habitarán en un barrio que, según la asociación de vecinos, tiene varios frentes de batalla abiertos: el de la preservación del 40% de la superficie para zonas verdes, tal y como se definió en un principio; la oposición al proyecto de ampliación del aeropuerto de Cuatro Vientos, que ya hoy deja un incesante vuelo de avionetas por el cielo del PAU; el desmantelamiento del tendido eléctrico obsoleto que atraviesa la actuación urbanística...

0 comentarios:

 

© 2010 Serdomas | by TNB

/* VISIBILIDAD GOOGLEBOT */ /* FIN MEJORA VISIBILIDAD */ /* ESTADISTICAS DE USO DE GOOGLE */ /* FIN ESTADISTICAS GOOGLE */