Un informe de Naciones Unidas revela que la inmigración femenina se eleva ya a 95 millones de personas y representa casi la mitad del total mundial Precariedad, bajos salarios y trata de blancas, principales problemas del sector
Cada vez más, la inmigración tiene nombre y rostro de mujer. De los 196 millones de inmigrantes que hay en el mundo, las féminas representan ya la mitad (49,6%), 95 millones, y la tendencia va a más. El fenómeno crece y cambian sus motivaciones. Antes la reagrupación familiar empujaba a las mujeres fuera de sus países, ahora cruzan fronteras para buscarse la vida solas. El reverso oscuro es la explotación sexual y el tráfico de mujeres, que se ceban a las inmigrantes más vulnerables.
La inmigración femenina es una realidad mundial con peso y rasgos específicos poco reconocida hasta hoy. En los últimos 40 años la cantidad de mujeres que han dejado sus hogares iguala casi la de hombres, y en 2005 las inmigrantes eran más que los inmigrantes en casi todas las regiones del mundo, salvo África y Asia. El informe 2006 del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), presentado ayer, dirige una mirada particular al fenómeno. 'Hacia
El servicio doméstico y el cuidado familiar de niños y ancianos son el principal nicho laboral de las mujeres inmigrantes en los países donde recalan. España se ajusta a este patrón. A 30 de junio, el 45,6% de los inmigrantes legales en España eran mujeres, según los registros del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; de ellas, el 60% encuentra trabajo en hogares ajenos, añadió ayer
Aunque es un cauce por el que millones de mujeres de todo el mundo han visto mejorar sus vidas y las de su familia, el servicio doméstico es también foco de problemas y abusos de todo tipo, laborales, salariales, físicos..., al desarrollarse de puertas adentro del hogar, recuerda el informe.
El éxodo femenino desde los países del 'sur' también tiene una vertiente más cualificada. Existe una «masiva corriente» de enfermeras y personal sanitario.
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