
Las consultas de pediatría de los centros de salud se quedan en cuadro este verano. A los médicos titulares les toca irse de vacaciones, pero en el banquillo de los suplentes no hay profesionales suficientes para cubrirlos a todos.
Así lo advirtieron ayer a 20 minutos asociaciones profesionales como la Plataforma en Defensa de
Paro cero en pediatría
«En pediatría hay paro cero, así que es difícil encontrar a un profesional que haga las suplencias», explicó Marciano Sánchez Bayle, presidente de la Plataforma en Defensa de
En pediatría hay paro cero, así que es difícil encontrar a un profesional que haga las suplencias
En parecidos términos se expresó Paulino Cubero, de
Fuentes de la Comunidad, por su parte, manifestaron a 20 minutos que «la asistencia médica está garantizada con la misma calidad que cualquier otro verano». La falta de pediatras se debe al sistema de números clausus impuesto en las facultades de Medicina.
«En los años 70, el sistema producía demasiados médicos, así que se optó por reducir drásticamente el número de plazas», dice Sánchez Bayle. «Pero la planificación se hizo en cuenta pensando en una población más envejecida, y ahora tenemos un déficit de especialistas, sobre todo en pediatría». A esto se suma que otros países europeos tientan a los pediatras autóctonos.
Aunque tal carencia afecta a toda España, Madrid es una de las comunidades más afectadas, según María Luisa Arroba, vicepresidenta de la AEP: «Otras comunidades ofrecen mejores condiciones laborales y salariales: muchos pediatras se forman en Madrid, pero luego se van».
En la consulta
«Tengo tres minutos escasos para cada niño»
«Este verano tampoco nos pondrán sustitutos. De nuevo me organizaré con la otra pediatra del centro para no coincidir y cuando ella se vaya de vacaciones, me dejará a sus niños. Tendré dos mil a mi cargo en total. Ya sé lo que eso significa, que veré, cada mañana, a más de 60 y que tocan a escasos tres minutos cada uno. Da tiempo a decir hola, qué tal y poco más. Es muy desilusionante. Y encima no cobramos más. Lo peor de todo es que debo organizarme siempre en función de este problema y que cada vez que quiero tomarme un descanso, sé que le dejo a ella el doble de trabajo».
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